Hello again! La semana ha transcurrido con normalidad, aunque en mi caso un poco estresante por la cantidad de horas que le he dedicado al trabajo para podernos ir este finde y parte de la semana que viene a Yellowstone. Varios días he tenido que quedarme hasta muy tarde en el cole y ayer después de mis 8 horas diarias de cole, estuve otras 6 para dejar todo preparado para quien venga a substituirme y una programación que teníamos que preparar los profes: 14 horas non stop. Pero bueno, todo sea por estos esperados días en Yellowstone.
Como a parte de currar como una loca (aquí se curra mucho, también es verdad que pagan mucho más.), no hemos hecho gran cosa esta semana, os contaré algunas anecdotillas. El otro día, estaba dando en clase “los oficios”. Y con motivo de ello, les preguntaba a los alumnos de qué trabajaban sus padres para que me contestaran en español. Y uno coge y me pregunta que cómo se decía en español el oficio de hacer armas porque su hermano se dedicaba a eso. Y le dije “mira cariño como ese trabajo no es muy común, no tenemos una palabra como aquí tenéis que lo defina” (vamos, por lo menos que yo sepa).
Otra cosa de la cual ya era conocedora por mi experiencia en Kentucky, pero que no dejará de sorprenderme es el tema de los eructos en clase. Aquí no está mal visto que se tiren un eructo en clase si va seguido de un “excuse me”, dado que lo conciben como algo natural que hay que expulsar. Hasta ahí, tira que te va. Pero de eso a que se lo tiren sin miramiento, a boca abierta resonando hasta la campanilla…joder! A mi me parece una cerdada. Al principio me los quedaba mirando y hasta les llamaba la atención porque hay que ver que eructos! Y me decían: “por qué me llamas la atención, si he dicho “excuse me?”. Oh, oh! usted perdone! A ellos no les llama la atención, pero este es uno de los aspectos culturales en los que no nos parecemos. Encima lo más chocante es que suelen ser las chicas. Tengo dos que son una fábrica de gases y se los tiran diariamente en plan “hombre flatulento” que queda de un fino que te mueres… eso sí, luego te dicen con su dulce voz de nena “excuse me”.
Esta semana he estado algo fastidiada de la columna, estaba engarrotada de mitad de la espalda hasta el cuello (lo mismo por el estrés de tanto curro). El caso es que hasta que averigüé que el Ibuprofeno es mágico estuve aguantando un par de días. Lo digo porque el otro día comentándoselo a un profe, coge y me dice todo serio y preocupado: “Esta noche rezaré por ti y porque se te cure”, jajaja! Tampoco es para tanto, buen hombre! Pero lo cierto es que estoy mucho mejor, Dios le ha escuchado! Os recuerdo que bendicen los alimentos antes de comer y esas cosas, aquí son muy conservadores.
En esta zona hay muchas cucarachas. Al principio cuando iba a una casa y veía alguna pensaba en la poca higiene que tenían en esa casa. Error: en esta zona de Carolina del Sur cucarachas e higiene no van unidas de la mano, son muy comunes por la humedad de la zona y el calor. Así que por impoluta que tenga la casa, de vez en cuando por las rejillas que tiene cada habitación en el suelo por donde entra el aire acondicionado en verano y calor en invierno, se cuela alguna “amiga”. Es curioso que el 95% de las veces cuando te encuentras una, está patas arriba muerta (deben pasarlo mal al entrar por el túnel o mi casera les hecha veneno alrededor de la casa y cuando llegan están exhaustas). Pero el otro 5% están vivitas y coleando. Pues ayer casi me muero del asco: me note en el pie unas patitas. Ahhhhh, que asco por diós, me dan muchoooooo ascoooooo! Y es que son gigantes!
El Periko sale a correr todos los días y se hace distancias muy largas investigando nuevos lares. Un día de estos se me pierde y no sabe volver a casa, jajaj!
Os escribo desde el aeropuerto de Chicago. Una escala más en Dénver y el siguiente destino: Jackson Hole, un aeropuerto en Wyoming, cerca de YELLOWSTONE!!!!!!! No os perdáis el siguiente capítulo porque estará repletito de fotos del parque =)
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